Turbulencias con cierre positivo
Un cierre con las finales cerca y la permanencia muy lejos. Peñarol terminó con buenas sensaciones más allá de su despedida en la Liga. Es cierto que cambió su entrenador, tuvo altibajos que le costaron caro y cambios de extranjeros. A pesar de eso, promocionó jugadores, mejoró su rendimiento y sus nacionales tuvieron muy buenos rendimientos en diferentes pasajes del torneo. Nada mal más allá que los resultados no ayudaron en su totalidad.
Una temporada con ciertos cambios en su lista y nuevos jugadores. Las presencias de Guido Mariani, Rodrigo Acuña y Franco Pennacchiotti, sumado a una cierta base de la Liga anterior más la experiencia de Carlos Romano como entrenador. Extranjeros para iniciar e intentar mostrar otro ritmo de juego como lo logró en las primeras jornadas pero sin sostenerlo en general. De hecho Peñarol comenzó 3-1 la competencia con un goleo alto y variantes además de imprimir velocidad.
Las cosas se complicaron temprano para Peñarol. Comenzó a decaer en defensa, le costó engranar ofensivamente y los rivales lo dominaron en una seguidilla de cinco caídas incluidas Bahía Basket y dos fuertes goleadas ante Quimsa e Instituto. Comenzó la danza con sus extranjeros, primero cortó a Jamerson (5 PJ) luego se fue Glass (2 PJ) para que lleguen Mitchell y Crawford (8 PJ) y finalmente ser sus nacionales quienes banquen la parada.