Tincho Iza: “En Formosa, el arte y sus trabajadores no se callan más”
El Fortín de los caranchos regresa al Teatro de la Ciudad para dos nuevas presentaciones: hoy y mañana, a las 21, luego de las exitosas funciones que tuvieron lugar en la misma sala hace casi un mes atrás. Los precios de las entradas varían según las ubicaciones: 600 pesos (platea, sector centro), 500 pesos (laterales, sectores derecho e izquierdo) y pullman (sector primer piso) y se pueden adquirir en efectivo o Mercado Pago, siendo esta última opción la que debe utilizarse para reservas, contactándose al celular 3705059685.
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“El teatro es mi vida”, dice a Día Seis el director de la obra, Martín “Tincho” Iza, quien también es actor y docente teatral. Debutó como director teatral en el año 2012, con el montaje de la obra El triciclo, del escritor y cineasta español Fernando Arrabal, junto al grupo de teatro adolescente del Estudio de Teatro de Lito Cruz. Su trayectoria en la dirección se extiende a obras como Queridas mías, de Beatriz Mosquera; El cuidador, de Harold Pinter, y Una libra de carne, de Agustín Cuzzani.
“Tengo el privilegio de trabajar y aprender con gente que admiro y de diferentes profesiones. Hasta eso me dio el teatro, cómo no va a ser vida”, reafirma Tincho para quien dirigir es “acompañar a los actores y actrices a crear vida en el escenario y, como asegura Raúl Serrano, eso hace que nuestra profesión se acerque más a la divinidad que ninguna otra; el teatro es mi vida, no sé hacer otra cosa y no quiero hacer otra cosa, soy muy feliz y un privilegiado de poder vivir de lo que elegí ser en la vida, por eso no hay razones por las cuales quejarme”.
Con una mirada muy crítica hacia las políticas culturales, al hablar sobre el parate cultural que hubo por la pandemia y sus consecuencias y sobre la movida cultural en Formosa en este nuevo tiempo de reactivación de las actividades en el que “todavía estamos acomodándonos en esta normalidad”, Tincho afirma: “Nos han faltado el respeto durante mucho tiempo y han jugado con la necesidad de trabajar, pero no por la pandemia, desde hace mucho tiempo. Creo que quedó demostrado que el arte y sus trabajadores en Formosa no se callan más, tengan el nombre que tengan”.
Desde su visión “hay mucha fuerza contenida por parte de los trabajadores del arte como así también mucha incertidumbre en cuanto a lo que pasará de aquí en adelante y después de las elecciones, muchos rumores se tejen y esto evidencia la falta de respeto con las que se nos trató, no hubo ni diálogo ni comunicación fluida hasta el día de hoy que solo dependemos de las políticas culturales que ejecuta Nación”.
Sin parar
Actualmente Tincho Iza está involucrado en varios proyectos escénicos, además de dar clases de teatro en el estudio de danzas Ballare, “un lugar que amo muchísimo y que me brinda un espacio de total libertad para mí y los alumnos; fue bastante difícil aquel trayecto inicial de encontrar un lugar acorde y acá lo encontré, no solo por los talleres sino por todo lo que se genera dentro de ese tridente que conformamos con Natalia Carabajal y Mariana Ríos”.
Recientemente con Mariana Ríos recibió la Beca de Creación del Fondo Nacional de las Artes, por el proyecto Convergencia “que nos permite dar un gran paso en nuestras vidas profesionales”. Se trata de una compañía de movimiento en la que investigarán, experimentarán y desarrollarán la danza teatro en Formosa.
Y si todo eso no fuera suficiente, también está preparando el segundo estreno del año con Terapia abierta, con Rubén Parra, Mariana Capra y la Pety Rodríguez: “Nos corremos un poco del drama humano de El fortín… y nos situamos en una comedia basada en pareja abierta, escrita por Darío Fo y Franca Rame. Estamos muy ansiosos de que suba a escena porque es una obra de gran identificación para todos los novios, esposos, ex, amantes y demás vínculos existentes”.
Lito Cruz, un gran referente
Tincho Iza inició su formación actoral en el 2009, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, a cargo del maestro de actores, Lito Cruz, donde permaneció hasta el año 2011 y sobre su maestro afirma: “Lito fue quien me dio la puerta de entrada a éste mundo que amo y es a quien le estoy eternamente agradecido. No solamente fue mi maestro y referente, sino que un amigo del cual me llevo para siempre muchas charlas, frases que hoy siguen resonando desde mí hacia mis alumnos… él sigue acá. Hay muchísimas enseñanzas que me dejó y me gusta ir descubriendo que a medida que pasa el tiempo, mi tiempo, van tomando fuerza, por ejemplo, en éste momento de mi vida rescataría dos: una de ellas es que no hay que parar de hacer, arriesgarse y saltar al vacío; y la segunda, la cito textual: A la vida uno la tiene que hacer fácil. Somos complicados los humanos”.
En el 2016 se estableció nuevamente en la ciudad de Formosa y a partir de ese momento, su actividad se reparte entre la enseñanza, la dirección y la producción teatral y audiovisual. El volver a la provincia no fue fruto de una decisión concreta, se dio de manera fortuita: “No fue para nada difícil porque creo que en mi inconsciente la idea ya estaba configurada; mis años en Buenos Aires fueron hermosos porque me agarró en una etapa en donde todo era investigar, a prueba y error, y era más impulsivo de lo que hoy puedo ser. Con el tiempo te vas aplomando un poco… es como el arte que pasás de lo general donde siempre hay caos, a lo particular, a lo específico que es donde uno se comienza a ordenar, y yo estoy en esa”.
El balance de estos años de actividad en Formosa “es hiper positivo”, afirma y fundamenta: “Sigo aprendiendo, me sigo sorprendiendo, tengo libertad absoluta, logré vivir de lo que amo y encima poder forjar una carrera con nombre propio; en Buenos Aires era un número más, esto no quiere decir que no hay que irse a buscar, si la posibilidad está hay que hacerlo, hay que vivirlo, hay que experimentarlo y después se ven como se dan las cosas, somos consecuencias de nuestras decisiones”.