PRECISIONES DEL JEFE DE LA BANCADA RADICAL EN EL SENADO
Para Naidenoff “hoy tenemos un Presidente en retirada y a Cristina replegada”
En un mano a mano con El Cronista, el jefe de la bancada de la UCR en el Senado coincidió con algunas denuncias de Elisa Carrió. También tildó la llegada de Massa de "golpe palaciego".
“Tenés un Presidente en retirada y a Cristina replegada, por lo que el centro de la escena lo ocupa Massa", así definió Luis Naidenoff, jefe de la bancada radical en el Senado, la situación actual del Frente de Todos, tras la llegada del tigrense al Ministerio de Economía.
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En un mano a mano con El Cronista, el formoseño cuestionó el desempeño de la coalición gobernante, tildó el desembarco del Frente Renovador como un "golpe palaciego" e insistió, una vez más, con que el Gobierno no tiene un programa, sino que se limita a hacer "simples anuncios".
El radical también se refirió al futuro de Juntos por el Cambio, que aspira a ser gobierno el año que viene, y anticipó cómo debería ser la fórmula ideal. Además, el senador que en los últimos días copó los portales tras oficializar su noviazgo con su compañera de banca, Carolina Losada, coincidió con algunos de los señalamientos que hizo Elisa Carrió, socia fundadora de la coalición opositora, sobre supuestos "pactos" ente cambiemitas y Massa.
-Elisa Carrió apuntó contra los "socios" de Massa. Usted fue uno de ellos cuando fue candidato a gobernador en Formosa. ¿Qué lectura hace?
- Hay un debate que hay que dar. Pero, en primer lugar, hay que aclarar que la unidad de Juntos por el Cambio no está en discusión. Creo que JxC tiene que demostrar el recupero de su identidad, de su impronta. Lo que no implica que no se pueda dialogar con algunos sectores del PJ. A ver... desde lo electoral, JxC tiene que tener su propia identidad: una expresión distinta al populismo, a los gobernadores que se creen dueños y patrones feudales, a este Estado paternalista que lleva a los ciudadanos a ser mendigos de planes o de empleo público de gobernadores que te someten con el látigo y la chequera.
¿Y cómo se consiguen dar esos debates sin poner en riesgo la unidad?
-Para eso, hay que tener una coalición electoral muy sólida y muy potente que exprese la diferencia. Lo que no impide que se pueda dialogar con algunos gobernadores o sectores del PJ porque puede haber un escenario de ballotage entonces, habrán sectores que no tienen esa mirada populista. El otro desafío tiene que ver con la cogobernabilidad. Pero, para gobernar, creo que tenemos que tener nuestra propia identidad.
-Carrió no apuntó a outsiders, aludió a Cristian Ritondo, exministro de María Eugenia Vidal y jefe de la bancada PRO y a Rogelio Frigerio, exministro del Interior de Cambiemos...
- Cada uno dio su respuesta y su propia defensa. Quiero poner en valor la unidad de Juntos por el Cambio. Creo que Carrió apuntó a esa administración de cierta picardía e inocencia que caracterizó a Cambiemos de creer que por tener buena relación con los gobernadores del PJ tenés garantizado un acompañamiento político. Eso se pagó muy caro. Esa relación cuasiafectiva se cimentó en el Ministerio del Interior de Rogelio Figrerio. Ese es un error que no hay que volver a repetir.
-¿Qué rol tiene hoy la Coalición Cívica en Juntos por el Cambio? No tiene referentes para ser candidatos a Presidente, tampoco tiene gobernadores...
- Es un socio fundador. Hay tres dirigentes que fundaron y son los pioneros de Cambiemos: Mauricio Macri, Ernesto Sanz y Elisa Carrió. Así como dieron el puntapié inicial, son los protagonistas, y las fuerzas que representan, los que tienen que encontrar un ámbito de sensatez para reencauzar si existen matices menores. Pero creo que las tres fuerzas son potentes. No hay Juntos por el Cambio sin esos tres partidos.
-Frente a estas peleas, uno puede imaginar que si llegan a ser gobierno en 2023, podría ocurrirles algo similar al Frente de Todos, donde las diferencias internas complican la gestión...
- No, porque ya gobernamos y había una conducción unificada.
-Pero fueron una coalición parlamentaria, no de gobierno...
-Sí, pero la coalición se demostró en cada respuesta parlamentaria, donde acompañamos la decisión del Presidente. Había un Presidente que tenía conducción. Y si había diferencias, acompañábamos. Macri era un Presidente con conducción política porque el radicalismo y la Coalición Cívica, más allá de tener diferencias puntuales, acompañamos la conducción. Esto es un cachivache.
-¿Confía en que, si son Gobierno, van a estar a la altura como coalición y para resolver la crisis económica? Porque económicamente fue donde más desilusionaron a sus votantes...
- Sí. Porque es la primera vez que, a un año y medio de una elección, tenés a cuatro fundaciones trabajando en un programa de gobierno. Eso es inédito en la Argentina. Acá no hay que minimizar. Los problemas son complejos, requieren seriedad, estudio y planificación.
EL DESEMBARCO DE MASSA
-¿Cómo vio la llegada de Sergio Massa al Ministerio de Economía?
-La presentación fue poco inteligente. La Argentina no está para festejos. No hay nada que festejar en un gobierno que está en crisis, quebrado, roto y partido en la construcción de su propia coalición. Ese desembarco triunfalista, con más de 500 invitados, el desembarco del Frente Renovador parecía un tipo de golpe palaciego. En nada aporta a un gobierno que requiere de mayor equilibrio y prudencia. No fue un buen punto de partida. Fundamentalmente por las notorias ausencias: la más potente, la de quien lidera la coalición, Cristina Kirchner.
-¿A qué le atribuye esa ausencia?
-Hay dos factores para analizar. Una, que tenemos un Presidente en retirada, devaluado, que perdió todo tipo de credibilidad. Y una Vicepresidenta que hoy está más ocupada en las cuestiones judiciales que la vinculan, que a definiciones políticas. Tenés un Presidente en retirada y a Cristina replegada, por lo que el centro de la escena lo ocupa Massa. Massa tiene dos grandes desafíos.
-¿Cuáles serían?
- El primero, devolver la confianza, porque la economía es confianza, es expectativa. La expectativa estaba centrada en un programa, y ese programa está ausente. El segundo, tiene que demostrar que es capaz de desactivar las dos grandes bombas de tiempo que tiene la Argentina. La primera, no tanto terminar con los planes sociales, sino con la nefasta intermediación que perjudica a un beneficiario. Ahí hay que echar mano y tener decisión política.
-¿Y la segunda bomba?
- Los subsidios energéticos. Este año vamos a tener un déficit de US$15.000 o US$16.000 millones en subsidios indiscriminados. El Gobierno no puso freno, terminó con la tarifa social que tenía esa mirada de Cambiemos de que el subsidio llegue a quien lo necesita. Esta decisión de abonar la tarifa plena a partir de 400 KW, hay que ver hasta dónde se llega. Eso requiere de decisión, un programa y respaldo político. Todo es una incógnita. No hay programa, hay simples anuncios y hay que ver si las medidas tienen un final abierto.
-¿Hay un "operativo despegue" por parte de la Vicepresidenta al retirar a su gente del área energética?
- La primera movida es: "Hacete cargo, tenés las herramientas".