Nos dejó un enorme cura: la muerte del padre Raúl Méndez
Educado, cordial, amable y poseedor de un carisma que hacía que sus homilías y declaraciones fuesen siempre escuchadas con atención, el sacerdote Raúl Méndez, formoseño el, falleció a los 65 años.
Este enorme cura fue párroco de la catedral Nuestra Señora del Carmen y últimamente fue designado para cumplir esas funciones en Misión Laishí.
El padre Méndez era seguido por miles de familias a través de los canales de televisión 3 y 11
La cita era todos los domingos desde la parroquia Santa María Nuestra Señora de la Esperanza del barrio Juan Domingo Perón.
En una de esas ocasiones, el sacerdote hacía un llamamiento a quienes se muestran en la vida como espectadores de la vida y de la fe para que se involucrasen y se sumasen a quienes con decisión optan por la búsqueda de la luz que proviene de Jesús.
Admitía la posibilidad de la abundancia del pecado así como también resaltaba que la sobreabundancia de la gracia de Dios era lo suficientemente compensadora como para que los hombres se unan para ir en ayuda de los que más necesitan y están sumidos en la pobreza.
En realidad, se disfrutaba de las misas del padre Raúl a quien, sin ninguna duda, el pueblo lo va a extrañar.
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Por los vulnerables
A Raúl Méndez le realicé la primera entrevista 11 años atrás cuando en la planta baja de casa de Gobierno presidió la celebración religiosa con motivo de la visita del cirio pascual a la sede del PEP.
El cura, por entonces párroco de la catedral Nuestra Señora del Carmen, oró en esa ocasión para que la luz de Jesucristo motive a los gobernantes a seguir trabajando a favor del bien común y mejore la calidad de vida de los habitantes.
Fue en esa ocasión que anunció que el 15 de julio, con motivo de celebrarse el Año Jubilar Diocesano, habría un encuentro de imágenes marianas, entre ellas las de la Virgen de Caacupé y la Virgen de Itatí.
Al hablar sobre las obras, dijo que hay que reconocer que hay muchos servicios nuevos de los que antes carecía Formosa, sobre todo en el campo de la salud, admitiendo que hay quienes son muy exigentes y aspiran a que las cosas se resuelvan de una sola vez, algo a lo que califica como utópico.
También reconoció que se plantean situaciones polémicas sin consistencia, llamando a dialogar pero con la predisposición de construir, ponderando la actitud del primer mandatario formoseño de apelar a la tolerancia en lugar de responder del mismo modo a los agravios y agresiones que se le propinan.
La ceremonia religiosa se llevó a cabo antes de las 8 horas en la planta baja de la sede del Poder Ejecutivo y contó con la presencia del gobernador Gildo Insfrán así como ministros y funcionarios provinciales.
A su finalización el padre Méndez se prestó a dialogar con el periodismo para evocar el sentido de la vida cristiana y el encuentro de Jesús con sus discípulos no solamente para la oración sino también para trabajar, comentando que el discipulado es uno de los temas que se tratará en la Quinta Conferencia Episcopal Latinoamericana con el Papa Benedicto XVI que está ahora en Brasil.
“El discípulo –dijo- es el que vive su vida cristiana en toda su actividad, ya sea como ciudadanos, como trabajador, como ama de casa, como profesional, como padre de familia y ese es en realidad el motivo del cirio pascual, para recordar el mensaje del Señor”.
Privilegiar el respeto
Al interrogársele acerca del parangón en lo que señala el texto bíblico en el evangelio de San Juan respecto al pedido de Jesús de que apacentaran a las ovejas y corderos en el lugar donde tienen el alimento, reconoció que al ejercicio de la democracia le hacen bien la mesura y la calma porque se necesitan tomar perspectivas amplias y no sectoriales que ayuden a decidir lo mejor y eso se logra solamente en un clima de respeto y de diálogo, donde se puedan sentar las distintas entidades y posturas para elaborar algo en común.
Se le recordó que en Misión Laishí el gobernador Insfrán había manifestado que a la serie de agresiones y agravios que le propinaban sus adversarios políticos no les respondería del mismo modo sino con la tolerancia y la mesura. “Es una actitud evangélica. Cuando hay un estilo agresivo, no se debe responder de la misma forma. Lo que está haciendo el gobernador con la actitud de no responderles de la misma manera es un principio evangélico. Por eso cuando hacemos eso estamos respondiendo a la invitación del Señor de no devolver de la misma forma. De todas maneras creo que estas cosas polémicas que se las plantea por la simple polémica y no se buscan caminos de paz, se hace difícil dialogar”, reflexionó.
El párroco agregó que “la búsqueda del bien común debe hacerse en conjunto y no pretender solamente demostrar que todo lo que el otro hace está mal”.
Méndez entiende que el diálogo es el mejor camino para resolver las cuestiones conflictivas. “Además se debe procurar soluciones a los problemas y no solamente oponerse por la oposición misma. Hay que entender que la búsqueda del bien siempre conduce al diálogo. Pero cuando no se quiere dialogar se buscan polémicas que pueden surgir”, acotó.
También se le preguntó su parecer acerca de la acción gubernamental en materia de construcción de obras, consultándosele si a su criterio es válida para la comunidad. “Por supuesto… eso es indudable ya que nadie puede negarlo. Las obras son respuestas también a requerimientos y por supuesto que nunca se puede conformar a todos y que siempre hay algo que falta”, contestó.
“Yo creo que el simple hecho de ver las obras como hospitales y escuelas, habla por sí solo, no necesita argumentación”, señaló.
Las obras con calma
Al explicársele que la pregunta surgía ante posturas y criterios individuales en el sentido de que los emprendimientos concebidos en Formosa carecen de alma.
“Por supuesto, hay un proyecto, hay un deseo de servir mejor. Pongamos como ejemplo un hospital. Por supuesto que hay que ir avanzando, pero eso también se va haciendo con el edificio material. Más vale que hay un proyecto humano y uno espiritual, no se puede decir que son sin alma. Uno como sacerdote está visitando esos lugares, observa la asistencia a los enfermos, ve que se está haciendo muchísimo y eso es innegable. Hay espíritu. Hay un espíritu de mejorar, de servir mejor, de estar buscando los recursos y medios para salvar una vida de mil maneras”, consignó.
De todos modos, el sacerdote reconoce que ocurre que están los que son muy exigentes y que quieren tenerlo todo resuelto cuando eso no es tan así ya que las soluciones son colectivas y además todos tenemos que educarnos mutuamente para saber aprovechar lo que vamos conquistando.
“El hecho de tener determinados servicios, tecnología inclusive sobre todo en el campo de la salud, forma parte de las conquistas. Pero al mismo tiempo hay que saber aprovecharlas. No hay que limitarse a pedir que todo se resuelva de una vez porque sería utópico. Pero hay que aprovechar y tener un espíritu agradecido porque hay cosas que son nuevas y que antes en Formosa antes no teníamos … eso es innegable”, expresaba Raúl Méndez.
Justo Urbieta