TERCER MILENIO
Los militantes encaran el tramo final de la campaña sabiendo que “nadie tiene la vaca atada”
Por Justo L. Urbieta
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A partir de ahora, y faltando solamente dos semanas para la jornada clave del domingo 19 de noviembre, la militancia peronista comenzó a transitar el tramo final de una ajetreada campaña que inició a fines del primer trimestre de 2023 y que ahora define el destino de la Nación, de la ´política y la democracia.
Las últimas instrucciones de la máxima conducción de Unión por la Patria en Formosa estuvieron a cargo, naturalmente, del líder del peronismo, Gildo Insfrán, en un encuentro que reunió en la sede del PJ sobre la calle Belgrano a los justicialistas y a los representantes de los partidos aliados.
Si bien es cierto que le hicieron caso al lagunense en el sentido de encarar la gestión casa por casa, barrio por barrio y pueblo por pueblo a lo largo y ancho del territorio con alegría y esperanza, es cierto que han aprendido a manejarse con cautela memorando siempre la referencia de Juan Domingo Perón que antes de comenzar a elaborar el guiso de lo que se trata es de cazar, primeramente, a la liebre.
Dicho de otro modo, y sobre todo al estar por los resultados electorales y sus vaivenes, existe confianza, aunque la suficiente prudencia y humildad como para reconocer que a esta altura de la realidad política “nadie tiene la vaca atada” y que no debe sorprender absolutamente ningún comportamiento de la ciudadanía.
De lo que sí están seguros es que han respondido a las directivas de la conducción en el sentido de esclarecer a la ciudadanía acerca del sentido del mensaje de las dos opciones en disputa luego de los resultados arrojados por las PASO.
Todos se sienten complacidos por haber resistido al neoliberalismo en todos estos años de democracia con la ideología justicialista representada y planificada en la hoja de ruta emblemática vigente desde fines de 1995 que es el Modelo Formoseño para el Desarrollo Provincial.
Aunque aquí ya se expresó el pueblo el 20 de junio, el desafío es aportar para que un representante del espacio nacional y popular, en este caso Sergio Tomás Massa, sea el elegido para que pueda tener continuidad el programa de obras y la complementariedad dinámica del tándem institucional Nación, Provincia y Municipios que genera esa identidad ideológica y política recuperada en 2019 luego de las neutralizaciones y la desconsideración mostrada por la administración de Mauricio Macri que ahora ha vuelto al escenario central como jefe de campaña de Javier Milei para cumplir, conjuntamente, con el propósito de descalificar la trayectoria del candidato oficialista y eliminar al peronismo del escenario político argentino.
Tras la derrota de Juntos por el Cambio con Patricia Bulrich como candidata, ahora el liberalismo se ha integrado para buscar, al menos por ahora, triunfar el 19 de noviembre con lo cual es posible advertir sucesivos y supuestos reposicionamientos de los perdidosos, tales los casos de los de la izquierda nacional y de la alianza cordobesa.
Se multiplican aquellos que sostienen ser los tenedores de los votos de los ciudadanos cuando en realidad no se puede ignorar que la determinación es pura y exclusiva propiedad de quien sufraga en el cuarto obscuro, basado en sus convicciones.
Los resultados de los distintos comicios llevados a cabo este mismo año demuestran la certeza de ese razonamiento y de allí que sea criteriosa la actitud de la militancia peronista y de los partidos aliados en el sentido de mantener activa, hasta el último día previo a la veda, su cercanía con el pueblo y su consecuencia con esa necesidad de justicia social y de presencia del estado que demandan los más débiles de la comunidad.
Hubo en estos días una serie de dudas creadas respecto a supuestos propósitos de fraude que fueron desestimados, con suficiente antelación, por quienes tienen la responsabilidad de conducir el proceso electoral nacional que viene.
También se insinuó una polémica acerca de cierta intencionalidad oficialista de mantener el feriado del 20 de noviembre para que Massa será el beneficiado cuando en realidad se trata de una jornada que hace mucho tiempo ya estaba considerada como no laborable del mismo modo que la fecha fijada para la eventualidad de un balotaje que, en realidad, se dio tras los resultados del 22 de octubre.
Amén de ello, el medio millón de personas que supuestamente no votaría pues ya tiene pasaje para viajar no desconocía ninguna de las dos fechas como tampoco deberían ser justificativos para no ser consecuentes con su consciencia cívica.