La provincia de Formosa se sumó a la red de rutas de la droga, junto a Salta y Jujuy
El mapa del narcotráfico en Argentina tiene actualmente tres focos más calientes por el nivel de actividad localizada, de acuerdo a un informe de la Procuraduría de Narcocriminalidad (PROCUNAR): Rosario, el Conurbano bonaerense y Misiones, por la frontera con Paraguay y Brasil.
Según el último trabajo de la PROCUNAR, fechado en marzo de 2021, la provincia de Formosa se sumó a la red de rutas, junto a Salta y Jujuy, entre otras jurisdicciones. Argentina es también ruta hacia Europa para la exportación ilegal.
El trabajo de la justicia, volcado en 104 páginas, repletas de información, números, y mapas está basado en los expedientes en los que participa de manera activa la Procuraduría de Narcocriminalidad. El análisis de la PROCUNAR se basa en 312 investigaciones en las que la intervino en el 2020.
Los caminos de la droga marcan también un destino que desde hace más de una década se trasformó en inevitable: la que llevan a los puertos. Desde allí la cocaína viaja a Europa. Otros años, la región Noroeste, especialmente Salta y Jujuy, en la frontera con Bolivia, eran uno de los puntos geográficos más problemáticos, y si bien, el narco sigue activo en la zona, distintas investigaciones judiciales pusieron demasiados ojos en la región y habrían aplacado un poco la actividad.
En los tres puntos geográficos (Buenos Aires, Rosario y Misiones), el narco no sólo tiene presencia local sino que las provincias son parte de las rutas del tráfico de cocaína y marihuana, las principales drogas que se comercializan en el país.
Un artículo deAndrés Klipphan, publicado en Infobae, señala que en la Argentina el narcotráfico no dejó de crecer desde los años 90 a la actualidad y ahora los 24 muertos y 80 consumidores intoxicados por haber comprado cocaína adulterada con una sustancia que en veterinaria se utiliza para dormir a elefantes y rinocerontes volvieron a encender las alarmas.
El detallado relevamiento determinó los tres focos más calientes relacionados con el tráfico, acopio, distribución y venta de drogas ilegales, sobre todo marihuana, cocaína y sintéticas. También alerta sobre el aumento de la comercialización de precursores químicos. Una variable que demuestra que la Argentina ya dejó de ser un país de tráfico y consumo y pasó a ser fabricante de estupefacientes.
El mapa del narcotráfico en Argentina incluye, como mínimo, a unos 20 líderes narco que operan sus clanes familiares desde las cárceles.
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El partido de San Martín, en el Norte del Gran Buenos Aires, tiene su propio esquema narco: bandas asentadas allí que por dos o tres generación operando en la zona y luchando por la disputa del territorio.
Ese distrito, junto a Tres de Febrero, La Matanza, José C. Paz, General Rodríguez, Merlo, Moreno, Quilmes, son el núcleo, el nudo, el corazón del narcotráfico del conurbano bonaerense que se extiende a la ciudad de Buenos Aires y Rosario.
El narco en esta última ciudad adquirió magnitud hace más de una década, pero comenzó a gestarse a finales de los años 90. Fue cuando la comunidad internacional estableció restricciones en la importación y comercialización de los precursores químicos en países productores de hoja de coca, como Colombia, Perú y sobre todo Bolivia. Los líderes narcos buscaron la mayor laxitud que existía en las leyes argentinas para conseguir estas sustancias clave en la elaboración de la cocaína.
Algunos precursores se utilizaban, por ejemplo, para la industria frigorífica y en nuestro país se importaban y comercializaban sin control, algo que sí sucede desde hace varios años.
Fue por ese motivo que comenzaron a proliferar las “cocinas” de drogas en precarias construcciones de villas, asentamientos, pero también en modestos hoteles de barrios porteños como Balvanera, Once, Flores y Floresta.
Rosario, como La Plata y Buenos Aires, ofreció un segundo punto de interés: el puerto. La hidrovía se sumó a los vuelos de los aviones narcos y al trasporte terrestre a través de la frontera con Bolivia, Paraguay y Brasil.
Este combo vino acompañado, según el análisis de las causas judiciales realizadas por la PROCUNAR, de otros delitos como el lavado de dinero dentro del sistema financiero y económico local, es decir, comenzó a haber más dinero en circulación, la proliferación de prestamistas, el juego clandestino, el blanqueo de capitales a través de la compra de lujosas mansiones, estancias y construcción de torres y barrios cerrados. También el soborno a autoridades políticas, judiciales y de fuerzas de seguridad.
La violencia extrema por la puja territorial comenzó a tener un grado de similitud con lo padecido en localidades mexicanas o colombianas, aunque aún no con la ferocidad empleada por los grandes cárteles de la droga.
En la Argentina, más que cárteles, proliferan clanes o familias narco que, al menos por ahora, fueron remisas a asociarse con las grandes bandas internacionales.
Algunas de estas organizaciones ya han operado en el país. Un ejemplo de ello es el Primer Comenda de Frontera (PCC). La feroz banda narco criminal fue investigada en Misiones.
La investigación estableció -sostienen los fiscales- que esta estructura ilícita era comandada por una persona desde el interior del Complejo Penitenciario Número 1 de Ezeiza, donde se encontraba detenido por tres casos de homicidio, con maniobras de narcotráfico y planes para atentar contra la vida de un juez de instrucción de Posadas, provincia de Misiones, que lo investiga por uno de esos hechos.
Después de dos meses de intervenciones telefónicas, se logró incautar un total aproximado de 11.204 kilogramos de marihuana y 32 kilogramos de cocaína relacionados con la actividad de esta banda criminal.
“La organización tenía su centro de operación en Misiones, montó una estructura en la zona oeste de la provincia de Buenos Aires y contaba con operadores en la República del Paraguay y el Estado Federativo de Brasil”, se describe en el informe. Después de varios allanamientos, fueron detenidas 7 personas, entre ellas, el líder y financista de esa empresa criminal.
El triángulo
Otro de los puntos salientes de las investigaciones de la PROCUNAR fue dejar en evidencia el trasporte de drogas prohibidas dentro del triángulo formado por Paraguay y las provincias argentinas de Formosa y Santa Fe.
La causa se inició por el relato de un arrepentido que denunció la existencia de una organización dedicada al tráfico de estupefacientes, que operaba movilizando grandes caudales de narcóticos desde las provincias argentinas de Formosa y Misiones y la República del Paraguay.
La investigación fue realizada por el fiscal federal Sergio Mola. A partir de ese momento, se logró identificar el modus operandi que caracterizaba el accionar de la estructura local encabezada por una persona dedicada no sólo al tráfico de drogas, sino también al armado de procedimientos policiales ficticios.
La pesquisa permitió vincular a este grupo con distintos secuestros de sustancias estupefacientes detectados en causas que tramitaban en la Justicia Federal de Campana y Formosa, y con ramificaciones en San Luis, Buenos Aires, Misiones y Neuquén.
A través de la coordinación dentro de la Red Iberoamericana de Fiscales Antidrogas (RFAI), el Ministerio Público de Paraguay dispuso la intervención telefónica de los abonados y aportó información que permitió conocer una nueva ruta de transporte de la droga, que iba desde la provincia de Formosa hasta Santa Fe, utilizada por la misma organización. Uno de los integrantes de la estructura delictiva era agente de policía de Santa Fe.
Precursores químicos
Las investigaciones de la justicia federal por el tráfico ilegal de precursores químicos, necesarios para la fabricación de cocaína, pero sobre todo de drogas sintéticas, aumentó más de un 500% en los últimos cinco años en el país.
Las tareas de inteligencia sobre estas bandas permitieron realizar la trazabilidad de los precursores químicos y las nuevas sustancias psicoactivas, a través de las drogas secuestrados en distintas causas.
“Las investigaciones criminales en materia de tráfico ilícito de precursores químicos se han multiplicado exponencialmente en los últimos años y por este motivo la capacitación a operadores judiciales ha contribuido notoriamente a visibilizar la importancia de estas sustancias en parte de las fases de la elaboración y fabricación de sustancias estupefacientes, así como de las investigaciones que se inicien para determinar aquellas empresas que se encargan de desviarlos hacia mercados ilícitos”, escribieron los fiscales en el informe de la PROCUNAR.
Allí destacan que las drogas sintéticas en general y las nuevas sustancias psicoactivas (NSP), en particular constituyen un problema creciente a nivel global y se advierten cada vez más casos, especialmente en lo relacionado al contrabando de importación de estas sustancias.
La ruta paraguaya de la cocaína
Los mayores decomisos de drogas que se realizan en la Argentina ingresan desde el Norte. A ese trazado se lo conoce como la ruta paraguaya de la cocaína, son organizaciones narcocriminales de Bolivia que transportan el estupefaciente hacia Paraguay y desde allí la ingresan hacia nuestro país en vuelos clandestinos, bombardeando la sustancia en campos de la provincia de Santa Fe u otras provincias del NEA.
Desde allí, el clorhidrato de cocaína es transportado vía terrestre hacia la ciudad de Buenos Aires, donde es distribuida al menudeo, si la droga no es de calidad, o bien hacia Europa en el caso de que la pureza de la cocaína resulte de calidad superior.
Chile también forma parte de las narco rutas detectadas por los fiscales de la PROCUNAR. En una de sus investigaciones se procesó, por ejemplo, a tres presuntos empresarios paraguayos dueños, al menos en los papeles, de una empresa productora de carnes de exportación y dos ligadas al transporte internacional de mercaderías.
Habían contrabandeado 539 kilos de marihuana que intentaron ser ingresados al territorio argentino a través de la Aduana de Clorinda, en la provincia de Formosa, ocultos en una carga de cortes vacunos que tenían como destino la República de Chile.
Desde las cárceles
En septiembre último, un informe de la Procuración General de la Nación identificó 19 casos de jefes de bandas narco que seguirían manejando el negocio desde las cárceles del país –tanto federales como provinciales–, donde se encuentran cumpliendo condenas o con prisión preventiva, de acuerdo con el documento publicado en la web oficial.
El informe, en el que participaron 5 fiscales federales de distintos puntos del país, la Procunar, la Procuraduría de Violencia Institucional, la Unidad Fiscal de Ejecución Penal, la Asociación de Fiscales y funcionarios del Ministerio Público Fiscal fue elevado por el procurador Eduardo Casal al Ministerio de Justicia de la Nación, pero desde el Ejecutivo, que tiene bajo su poder el control del Servicio Penitenciario Federal, sostienen que “se toman todas las medidas de prevención posibles dentro de la ley y la Constitución Nacional” y que las restricciones en las cárceles tocaron techo.
En el documento, los fiscales denunciaron maniobras “concretas de tráfico, transporte y comercialización de estupefacientes y de otros graves delitos vinculados (como el lavado de activos, homicidios, secuestros extorsivos, amenazas, amenazas coactivas o tenencia y tráfico de armas de guerra), que fueron planificadas o llevadas a cabo desde el interior de los establecimientos penitenciarios”.
“Estas personas también habían sido previamente condenadas por haber cometido otros delitos desde el interior de las cárceles y pese a ello pudieron repetir esos patrones de conductas criminales”, señala el informe donde los 19 casos fueron identificados.
La actividad identificada por los fiscales en cárceles como Ezeiza o Marcos Paz, la Unidad 6 de Rawson, unidades de Chaco, Ciudad de Buenos Aires y Misiones, así como complejos de Salta, Santa Fe y La Matanza, entre otros, no sólo incluye el manejo del negocio narco sino también de lavado de activos, homicidios, secuestras extorsivos, amenazas coactivas o la tenencia y tráfico de armas de guerra y municiones. Los fiscales se basaron en escuchas telefónicas a los investigados, entre otras medidas de prueba en sus respectivas causas.