La obra del acueducto del desarrollo formoseño debería ser causa provincial

Los días recientes fueron productivos en materia de buenas noticias para Formosa tras una maratónica seguidilla de gestiones de Gildo Insfrán que permiten confiar en que se sumarán nuevas obras para promover el desarrollo económico y humano de la provincia, afirmando lo que hace dos años atrás Alberto Fernández avaló como una nueva etapa de la reparación histórica.
Fue en su primera visita el 28 de mayo de 2020, ocasión en la que se comprometió a sumar su apoyo para que Formosa pudiera recuperar las obras paralizadas durante la administración de Macri y hacer realidad la construcción de una obra emblemática cual es la del Acueducto del Desarrollo Formoseño.
Contrariamente a la mendacidad de su antecesor, el actual jefe de estado cumplió con la palabra empeñada y en su viaje a China suscribió  un memorándum de entendimiento para que se incluya a ese emprendimiento estratégico para el desarrollo económico y social de la provincial entre las prioridades binacionales.
La realidad mundial con la pandemia y los conflictos bélicos parecían insinuarse como una nueva postergación para este proyecto mayúsculo que se ha convertido en una suerte de obsesión para Insfrán porque quiere garantizar agua dulce del río Paraguay para abastecer pueblos y encarar proyectos agroindustriales en un espacio con extremas posibilidades de evolución como es el del Centro Oeste y Oeste del territorio.
Si hay alguien que persevera en sus objetivos hasta verlos alcanzados ese es el Gobernador y de allí que fuese alentador el anuncio acerca del dialogo mantenido con el embajador de Argentina en la República Popular China, Sabino Vaca Narvaja, el embajador y la ministra consejera de la embajada de China en nuestro país, Xiali Zouy y Diya Xia, respectivamente, junto con referentes de importantes empresas orientales interesadas en la obra del Acueducto y sus obras complementarias.
Se trata de un bienvenido avance entre instituciones públicas de los dos países junto con empresas privadas en el marco del memorándum de entendimiento en materia de cooperación y de la iniciativa de la denominada Franja Económica de la Ruta de la Seda del Siglo XXI en la que está embarcado el gigante asiático.
Y las diligencias permiten confiar en que la denominada Obra del Siglo ya no será una utopía sino un proyecto posible pese al desánimo causado por el desinterés demostrado, en su momento, por Juntos por el Cambio que ha demorado este emprendimiento mayúsculo para Formosa y su plan del manejo inteligente del agua.
Para aquellos desprevenidos, se recuerda que el proyecto del Acueducto que desde su arranque en el río Paraguay vinculará Formosa con Ingeniero Juárez es una obra estratégica para la provincia y sus habitantes que deberían movilizarse para acompañarla y convertirla en causa provincial.

La obra del siglo

La denominada obra del siglo se desarrollará sobre 474 kilómetros de longitud siguiendo la traza de la ruta nacional número 81 entre el río Paraguay, desde una toma que estará ubicada al Norte de esta ciudad hasta Ingeniero Juárez. Tiene como objetivos estratégicos mejorar la calidad de vida de la población y los índices de la producción en los departamentos Formosa, Pirané, Patiño y Matacos.
Serán beneficiados poco más de 137.000 habitantes de los cuales 68.582 corresponden al departamento Patiño; 50.338 al de Pirané sin incluir a El Colorado que se abastece del río Bermejo; 5.370 al de Bermejo y 12.796  al Departamento Matacos.
Además está prevista la provisión de agua para riego con fines de desarrollo productivo ya que se sumaran 50.000 hectáreas con servicio de riego artificial.
Respecto de los tramos centrales del emprendimiento, los casi 500 kilómetros del acueducto central contaran con cañerías de 1.700 y 1.200 milímetros así como de 133 kilómetros de acueductos secundarios que serán construidos a partir de la ruta 81 entre Laguna Yema y Juárez, de Pozo del Tigre a Laguna Yema, de Palo Santo a Pozo del Tigre y de Formosa a Palo Santo, en este caso con dos conductos de 1700 milímetros, uno de ellos con derivación al nuevo reservorio.
En el caso del tramo Pirané-Riacho Negro, a partir de una estación de bombeo ubicada en la mencionada ciudad se impulsará a la zona Sur.

Desarrollo productivo

En el aspecto de desarrollo productivo, para la elaboración de la propuesta se contó con la colaboración de la Fundación Getulio Vargas que se encargó de recrear un plan director para el desarrollo agro energético y agroindustrial de la provincia.
Uno de los mencionados es el proyecto agrícola-industrial de producción de etanol y azúcar a partir de la caña de azúcar, identificándose los aspectos fundamentales para garantizar la posibilidad de la implantación de una industria sucroalcoholera considerando toda la cadena productiva.
Por otro lado, se avanzó en el desarrollo de un proyecto ejecutivo para el fortalecimiento de la ganadería realizándose todas las actividades tendientes a garantizar la implantación de una unidad industrial frigorífica considerando toda la cadena productiva.
Además, se elaboró un proyecto ejecutivo para la producción integrada de biomasa para lo cual se realizaron todas las actividades tendientes a garantizar la implantación el establecimiento de una planta industrial de biomasa.
La inversión total para la obra se estima en 1.300 millones de dólares y el tiempo estimado de ejecución es de 36 meses.

Desde el río Paraguay

La toma será construida a partir del río Paraguay, al Norte de esta ciudad, para transportar agua a través de un acueducto principal de 454 kilómetros de longitud y 1.700 milímetros de diámetro máximo con fines sociales y productivos.
El acueducto contara con tres estaciones de bombeo. Una de 36 metros cúbicos por segundo, otra de 3 metros cúbicos por segundo y una tercera de 1,50 metros cúbicos por segundo.
Se suma a ello un reservorio en Palo Santo y tendrá dos acueductos secundarios sobre un total de 133 kilómetros para proveer de agua a las plantas potabilizadoras y a los emprendimientos productivos ubicados en las principales localidades beneficiadas del proyecto.
Justo L. Urbieta