La Defensa afirma que el disparo fue accidental
Juicio por la muerte de Janet Aleman: la Fiscalía y la querella pidieron perpetua
En los tribunales de Formosa finalizó la fase de alegatos en el juicio oral y público que se lleva adelante para esclarecer la muerte de la joven Janet Carolina Aleman, ocurrida la noche del 22 de abril de 2021, en el barrio Bolsón Grande de Clorinda, cuando en medio de una discusión con su pareja, Domingo Sebastián Chávez, ella recibió un disparo en la espalda, efectuado con un pistolón de caza calibre 14, que le causó la muerte casi en el acto.
La Fiscalía y la querella pidieron prisión perpetua para el hombre que está siendo juzgado, en tanto la defensa del acusado sostuvo que se trató de un disparo accidental y, por tanto, encuadró el caso como homicidio culposo, solicitando que su cliente sea condenado a 4 años de cárcel.
El juicio oral y público comenzó a principios de febrero y está a cargo de la Cámara Segunda en lo Criminal de la provincia, integrada por los jueces Arturo Lisando Cabral, Ricardo Rojas y la jueza María de los Ángeles Nicora Buryaile. Intervienen como fiscal subrogante, Pedro Gustavo Schaeffer, la parte querellante y la defensa del acusado, ejercida por Lucio Leiva, defensor oficial de Cámara.
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Abrazo de la muerte
Antes de que las partes comenzar a formular sus alegatos, el acusado expresó al tribunal su deseo de prestar declaración indagatoria, haciendo uso de su derecho a defensa. En su exposición, habló de la relación “sentimental y comercial” que tenía con Janet y dio su versión sobre lo que sucedió en aquella fatídica noche del 22 de abril.
Contó que hubo una discusión previa entre ambos y que en esas circunstancias ella tomó el arma que estaba en la vivienda, en una clara actitud amenazante contra él. Dijo que logró desarmarla y apoderarse del pistolón, luego de lo cual intentó calmarla y al momento de abrazarla se produjo el disparo que terminó causándole la muerte a la mujer. “No sé cómo salió el disparo, no digo que soy inocente ni culpable, es mi intención aclarar lo que pasó esa noche”, dijo Chávez.
También recordó las acciones que desplegó después de producido el grave suceso y señaló que intentó cargar a la víctima en su moto para llevarla al hospital, pero al no lograr su cometido porque le resultó imposible subir la empinada barrera para llegar a la calle, corrió desesperado a pedir ayuda, primero a los vecinos y luego a la Policía, yendo directamente a una Comisaría de la zona.
Asimismo, negó enfáticamente que haya querido matar a Janet y ocupó buena parte de su relato a intentar desacreditar a la víctima, hablando de sus hábitos y conductas personales. La declaración de Chávez fue aprovechada por el Tribunal para realizar una suerte de reconstrucción de los hechos.
El acusado se puso de pie, caminó unos pasos y se paró frente a un muñeco que sostenía un policía y que fue llevado a la audiencia por el fiscal Schaeffer, para que represente a la víctima del caso. En este contexto y empuñando con una mano un caño que hacía las veces del arma de fuego, Chávez procuró recrear los hechos, reprodujo el supuesto abrazo a su pareja y, finalmente, precisó el instante en que salió el tiro que cejó la vida de Janet.
Esta representación o simulación de los hechos, permitió a los jueces del Tribunal tener una mejor percepción de cómo pudo haber ocurrido el trágico episodio, abonado lógicamente por las demás pruebas del expediente y las declaraciones fueron brindando los testigos que desfilaron a lo largo de las sucesivas audiencias.
Antes que declarara Chávez, lo hizo el último testigo, el doctor Bienvenido Zárate, médico forense que hizo la autopsia al cuerpo de Janet. El profesional explicó con claridad las características del disparo, el modo en que fue realizado, la distancia, el recorrido que hizo el proyectil en el cuerpo de la víctima y donde quedó finalmente alojado, ya que no hubo orificio de salida.
Las explicaciones que dio el forense ilustraron sobre este aspecto del caso y se circunscribieron específicamente al momento de la ejecución del hecho. “Es imposible que ella se haya disparado”, aseveró ante la pregunta del juez Cabral, descartándose la posibilidad de un suicidio.
Pena máxima
Tanto la querella como el fiscal Schaeffer pidieron al Tribunal que al momento de dictar sentencia apliquen a Chávez la pena de reclusión perpetua, la máxima sanción prevista en el Código Penal.
Ambos dieron por probado el hecho, el modo en que se desarrollaron los actos, tanto antes, como durante y después de la muerte de Janet y señalaron como autor material del femicidio al acusado Chávez.
“Todas las pruebas reunidas a lo largo de este proceso muestran con meridiana claridad al acusado Chávez como autor material y responsable del hecho, correspondiéndole la pena de prisión perpetua por haber cometido el delito de homicidio doblemente calificado, ya que mató a su pareja y en un contexto de violencia de género”, afirmó el acusador público.
El fiscal Schaeffer realizó una enjundiosa y fundada exposición enumerando una a una las pruebas que a su criterio dan sustento y respaldo a su requisitoria, consideró inviable la versión exculpatoria que brindó el acusado del abrazo que había dado a la víctima segundos antes del disparo letal, maniobra a la que calificó de inverosímil a la luz de las pruebas existentes en la causa y cerró su requerimiento con una contundente frase: “Jante fue ejecutada”.
Lejos de dar crédito a la declaración de Chávez respecto a que el disparo fue accidental, el fiscal hizo una reconstrucción de los hechos diametralmente opuesto. Opinó que la víctima recibió el disparo cuando estaba agachada y de espalda al tirador, consumándose así una acción deliberada, intencional e ilegítima.
En cuanto a las acciones que desplegó Chávez con posterioridad a los hechos pidiendo con desesperación ayuda a los vecinos y a la misma Policía para salvar la vida de Jante, el fiscal dijo que todo eso se trató de una mera actuación para mejorar su situación.
“En nombre de todas las mujeres que me rodean y tengo a mi vista no quiero más este tipo de juicios”, expresó Schaeffer, quien se refirió al flagelo de la violencia de género y a los casos de femicidio, donde queda claramente demostrado una asimetría donde el varón ejerce un poder superior sobre la mujer, prevaleciéndose de su estado de vulnerabilidad, “propio de un estado y una condición de patriarcado que debe desterrarse para siempre”.
“No hubo dolo”
El doctor Lucio Leiva, abogado defensor de Chávez, afirmó que el acusado no tuvo intención ni motivación para matar a Janet, sostuvo que se trató de un disparo accidental y, dijo que “se trata de un típico caso de homicidio culposo”.
“No se trata de hacer un juicio moral contra el acusado que lo muestre como un femicida, acá tenemos que basarnos en las pruebas y las pruebas que hay no revelan de ningún modo que haya existido dolo, es decir intención de matar”, remarcó Leiva.
En su exposición, el defensor atacó cada uno de los argumentos esgrimidos por el fiscal, robusteció la versión de su cliente, sobre todo en los actos posteriores a través de los cuales este trató de salvar la vida de Janet y trajo a colación testimonios que revelaron “el amor que él le tenía a la víctima”, señalando puntualmente los dichos de la madre de la mujer.
Leiva sostuvo que lo que pudo probarse es que existió un homicidio y que el culpable del hecho es su cliente, pero en ningún caso -dijo- se puede afirmar que hubo intención de matar, esto no se pudo probar, insistió. “No hay una sola prueba del dolo, si en cambio que existió un obrar negligente de Chávez al apoyar un arma de fuego en una persona”, remarcó.
Antes de dar por finalizada la audiencia el juez Cabral anunció que la lectura de la sentencia de este juicio será el 27 de marzo a las 12 horas.