NEGOCIACIONES CON LOS DIFERENTES BLOQUES
Jubilaciones: en Casa Rosada se reorganizan y exploran una nueva salida de consenso
Se relanzará el tridente conformado por Caputo, Francos y Lule Menem frente a las próximas negociaciones, pero no hay reuniones concretas a la vista. La propuesta informal al PRO para que prepare un proyecto para la recomposición de haberes.
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Luego de una semana negra en el Congreso, la Casa Rosada está en busca de una “reorganización” de su comando político sobre los legisladores propios y de la relación con las fuerzas aliados. En general, culpan a Mauricio Macri por soltarles la mano a pesar de los guiños de Javier Milei para subsanar la relación. Pero también hay pases de factura internos y cierto nivel de autocrítica por la infructuosa redistribución de roles desde la aprobación de la Ley Bases.
Después de la aprobación de la ley de movilidad jubilatoria, que salió aprobada en desmedro del Gobierno hace pocos días y obligará al Presidente a vetarla, el Ejecutivo tomó la decisión de que el tridente que trabajó en los consensos para aprobar la ley bases vuelva a activarse. El asesor Santiago Caputo, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, y el asesor de Karina Milei, Eduardo Lule Menem, que se habían volcado a la administración nacional y a la preparación del armado político de la campaña del año que viene, respectivamente, resolvieron volver a trabajar en tándem como lo hicieron durante los debates para aprobar la Ley Bases.
Desde aquel hito, sobre todo los dos primeros habían delegado las negociaciones con los diputados y senadores de los partidos dialoguistas en los “vices” de Francos, Lisandro Catalán (Interior) y José “Cochi” Rolandi. Pero las gestiones de esos funcionarios, como quedó en evidencia la semana pasada, no prosperaron. “No fue culpa de ellos, los números no estaban”, los excusaron en la Casa Rosada. En cambio, buscaban responsabilidades en el Congreso.
Así, más que hacer un mea culpa, en la Casa Rosada volaban las recriminaciones hacia las autoridades de ambas Cámaras. En el Senado, claro, a Victoria Villarruel, con quien el encono escaló a niveles impensados, probablemente sin retorno. “Nunca jugó tan mal como ahora, ya está”, dijeron pocas horas después de que el “alfil” de la vicepresidenta, Francisco Paoltroni, llamara “mocoso” a Santiago Caputo. En Diputados el enojo no es tan fuerte, pero sí hubo varias manifestaciones de disconformidad con el papel que cumplieron Martín Menem, y, sobre todo, el titular del bloque violeta en Diputados, Gabriel Bornoroni. “Falta política”, resumían en distintos despachos.
El Gobierno está preocupado por la continuidad de su conducción política frente a las discusiones legislativas que se vienen, con la ley de Presupuesto, que empieza a debatirse a mediados de septiembre, como el eje de mayor inquietud. Y antes está pendiente la resolución del problema de las jubilaciones, donde Milei quedó como el palo de la película a pesar de sus exposiciones sobre el daño que hacía el proyecto aprobado la semana pasada a las cuentas públicas.