Fernández prometió a gobernadores oficialistas que no se frenarán las obras en las provincias
La caída del presupuesto fue un revés para el Gobierno en el marco de las negociaciones con el FMI para refinanciar la deuda de 44.000 millones que contrajo la administración de Mauricio Macri en 2018. Aunque culparon a la oposición por no dar apoyo, en el Frente de Todos hubo, también, críticas internas y búsqueda de responsabilidades por el traspié en el tramo final de las conversaciones con el Fondo.
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En un clima político caliente después de la caída del presupuesto para 2022 por el rechazo de la oposición en la Cámara de Diputados, el presidente Alberto Fernández recibió el martes a los gobernadores oficialistas en la quinta de Olivos, y les aseguró que no se frenarán las obras previstas en las provincias por el rechazo al presupuesto 2022.
El encuentro se produjo tras las advertencias que profirió el Gobierno en los últimos días sobre las consecuencias en las obras, planes energéticos y viales proyectados por la jugada de Juntos por el Cambio en el Congreso.
El viernes se cayó el proyecto de presupuesto que había presentado en septiembre el ministro de Economía, Martín Guzmán. Después de varios cruces con Juntos por el Cambio durante una larga sesión -que se prolongó por 20 horas-, finalmente la oposición, e incluso los bloques aliados al oficialismo, decidieron rechazar la propuesta del Ejecutivo que fijaba las metas económicas para 2022. El Gobierno se verá obligado, de esta forma, a enmendar la ley de 2021 para ejecutar los gastos del año próximo.
Los gobernadores que participaron en la reunión fueron Gildo Insfrán de Formosa; Axel Kicillof (Buenos Aires), Raúl Jalil (Catamarca), Jorge Capitanich (Chaco), Gustavo Bordet (Entre Ríos), Sergio Ziliotto (La Pampa), Ricardo Quintela (La Rioja), Sergio Uñac (San Juan), Alicia Kirchner (Santa Cruz), Omar Perotti (Santa Fe), Gerardo Zamora (Santiago del Estero), Gustavo Melella (Tierra del Fuego) y Osvaldo Jaldo (Tucumán).
El cónclave, convocado por la presidencia, en el que participaron también el secretario general de la presidencia, Julio Vitobello; el jefe de Gabinete, Juan Manzur; y el ministro del Interior, Eduardo de Pedro, empezó pasadas las 13 y terminó cerca de las 16. Se produjo a puertas cerradas, después de los repetidos y febriles contactos que hubo entre el Ejecutivo y las provincias la semana pasada, en paralelo al debate en el Congreso.
Tras la frustración en la votación final en el recinto de Diputados, la primera plana del Gobierno salió a marcar los problemas que representaría la falta de un nuevo presupuesto en la ejecución de las obras, cruciales para las provincias porque impulsan la economía en un contexto de fuerte crisis, con altos niveles de desempleo e inflación. Y que, además, les permiten mostrar gestión después del revés en las elecciones legislativas en las cuales el oficialismo perdió en la mayor parte del país.
El presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, quien estuvo a cargo de las negociaciones en el Congreso y resultó golpeado por el fracaso, envió el domingo un mensaje a los gobernadores, donde les advirtió que ahora deberán rehacer sus presupuestos o recortar gastos. Generó así una fuerte reacción de la oposición.
La caída del presupuesto fue un revés para el Gobierno en el marco de las negociaciones con el FMI para refinanciar la deuda de 44.000 millones que contrajo la administración de Mauricio Macri en 2018. Aunque culparon a la oposición por no dar apoyo, en el Frente de Todos hubo, también, críticas internas y búsqueda de responsabilidades por el traspié en el tramo final de las conversaciones con el Fondo.
“Efectos muy negativos”
El gobernador Gildo Insfrán hizo referencia a la reunión con el presidente Fernández y dijo que el rechazo al presupuesto 2022 por parte de la oposición “tiene efectos muy negativos para las provincias y municipios en lo referido a la transferencia de recursos; llevará a muchas a tener que revisar sus presupuestos para adecuar los recursos coparticipables que reciben mensualmente”.
Asimismo, puntualizó que “por la reducción de impuestos coparticipables, se perderán en total alrededor de 180.000 millones de pesos y otros 19.000 millones de pesos por el Fondo de compensación al transporte público de pasajeros por automotor urbano y suburbano del interior del país”.
Señaló, también que ante el rechazo del presupuesto de Formosa recibirá 3.537 millones de pesos menos por las ganancias y otros 2.684 millones de pesos por el impuesto a los bienes personales.
En esa línea, afirmó que la provincia perderá 117.800.000 pesos del Fondo de compensación al transporte público de pasajeros y “quedan en suspenso las obras que tenía presupuestadas por un total de 127.846 millones de pesos hasta el año 2024”.