Informe sobre la participación de las mujeres en el trabajo, el ingreso y la producción
Feminización de la pobreza: el 64% de la población de menores ingresos es mujer
El Observatorio de las Violencias y Desigualdades por Razones de Género del Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad de la Nación (MMGyD) dio a conocer el Informe sobre la participación de las mujeres en el trabajo, el ingreso y la producción, con datos relevados del segundo trimestre de 2022 en base a la Encuesta Permanente de Hogares del Instituto Nacional de Estadística y Censos (EPH-INDEC). Entre los datos principales se destacan que las mujeres ganan, en promedio, un 28,1% menos que los varones; los sectores de menores ingresos están compuestos casi en un 64% por mujeres; la tasa de desocupación es del 7,8% para las mujeres y del 6,1% para los varones; y las mujeres están más expuestas a trabajos informales que vulneran sus derechos laborales.
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El Informe sostiene que las mujeres están sobrerrepresentadas en los deciles de menores ingresos. (Un decil, en estadística descriptiva, es uno de los 9 valores que dividen en 10 partes iguales un grupo de datos ordenados). Y señala que las desigualdades de género condicionan el efectivo y pleno ejercicio de derechos de mujeres y lesbianas, gays, bisexuales, travestis, trans, intersex, no binaries y otras identidades de género y orientaciones sexuales (LGBTI+).
En el mundo laboral, estas se expresan como un conjunto de brechas en el acceso y permanencia en los puestos de trabajo, en los tipos de actividades, en los ingresos, en las jerarquías ocupacionales, en las diferentes posibilidades de acceder a un empleo remunerado, entre otras dimensiones relacionadas con los estereotipos de género.
La feminización de la pobreza y la falta de independencia económica de mujeres y LGBTI+ son factores claves para la reproducción de las violencias por motivos de género.
La desigualdad en números
-Brecha de ingresos: las mujeres perciben ingresos que, en promedio, son un 28,1% menores que los de los varones, lo que significa una reducción de 1,4 puntos porcentuales con respecto al mismo trimestre de 2021. Esta brecha se amplía al 34,6% en el caso del empleo asalariado informal (sin descuento jubilatorio), mientras que se reduce al 23,9% en el caso del empleo asalariado registrado.
-Feminización de la pobreza: 6 de cada 10 mujeres se ubican en los estratos bajos (deciles del 1 al 4), cuando en el caso de los varones dicha proporción resulta de 4 de cada 10. Además, si tomamos el decil de menores ingresos observamos que está compuesto casi en un 64% por mujeres, mientras que en cambio ellas son minoría en el decil de mayores ingresos (36%).
-Tasa de actividad: La tasa de actividad para la población de 14 años y más presenta un comportamiento diferencial por género, siendo del 51,7% para las mujeres y del 70,1% para los varones. Esto significa que las mujeres participan menos en el mundo laboral, con una brecha de 18,4 puntos porcentuales. Se redujo 2,3 puntos porcentuales con respecto al mismo trimestre del año anterior.
-Tasa de desocupación: La tasa de desocupación es del 7,8% para las mujeres, mientras que para los varones es del 6,1%, con una brecha de 1,7 puntos porcentuales. Esto significa un aumento en la brecha de 0,3 puntos porcentuales con respecto al mismo período de 2021. Es mayor la proporción de mujeres que no tienen trabajo y lo están buscando activamente con respecto a sus pares varones, lo que muestra que ellas enfrentan mayores dificultades para conseguir un trabajo remunerado.
-Tasa de subocupación: La tasa de subocupación horaria es de 13,3% para las mujeres, 3,9 puntos superior a la de los varones, que se ubica en el 9,4%. Esta brecha se incrementó 0,6 puntos porcentuales con respecto al segundo trimestre de 2021. Las mujeres no solo enfrentan mayores dificultades para conseguir trabajo, sino también para trabajar una jornada completa.
-Tasa de informalidad: La tasa de informalidad es del 39,3% en las mujeres y del 36,6% en los varones, con una brecha de 2,7 puntos porcentuales. La brecha es 0,9 puntos porcentuales menor a la registrada en el segundo trimestre de 2021. Las mujeres están más expuestas a trabajos precarios sin acceso a la seguridad social (aportes jubilatorios, obra social, entre otros) ni al resto de sus derechos laborales.
-Segregación vertical: Las mujeres enfrentan mayores obstáculos para acceder a puestos de dirección y de toma de decisiones en el mundo del trabajo, el empleo y la producción, fenómeno conocido como segregación vertical o “techo de cristal”. Solo el 5,1% de las mujeres ocupadas acceden a cargos de dirección o jefatura, mientras que el 8,4% de los varones ocupan ese tipo de cargos.
-Segregación horizontal: Al analizar la composición de la ocupación según rama de actividad, existe una marcada segregación horizontal, fenómeno también conocido como “paredes de cristal”. Las mujeres son mayoría en los sectores de servicio doméstico (97,2%), salud (72,3%) y educación (71,5%), actividades que se encuentran socialmente asociadas a trabajos de cuidado. Casi 4 de cada 10 mujeres ocupadas se insertan en alguno de estos tres sectores. Por el contrario, los varones son mayoría en los sectores de la industria (64,5%), transporte (85,8%) o construcción (96,8%).
-Trabajo de cuidados no remunerados: La tasa de actividad para personas de entre 25 y 60 años que son jefes/as de hogar y cónyuges se reduce notoriamente en las mujeres a medida que aumenta la cantidad de personas menores de 10 años en el hogar, mientras que se incrementa en el caso de los varones, reflejando el fenómeno de la desigual distribución del trabajo de cuidados no remunerado.
Iniciativas del Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad
Uno de los principales ejes marcados por la gestión de la ministra de las Mujeres, Géneros y Diversidad, Ayelén Mazzina, es el fortalecimiento del desarrollo y la independencia económica de las mujeres y LGBTI+, clave para la prevención y la salida de los círculos de violencia por motivos de género. Para dar respuesta a la problemática estructural, el Ministerio desarrolló diferentes iniciativas, entre las que se destacan:
• Proyecto de Ley Cuidar en Igualdad, que propone la creación de un Sistema Integral de Cuidados que garantice la provisión, socialización, reconocimiento y redistribución del trabajo de cuidado entre el sector público, el sector privado, las familias y las organizaciones comunitarias y entre todas las identidades de género para que las personas accedan a los derechos de cuidar y ser cuidadas en condiciones de igualdad.
• Programa Igualar, para la igualdad de género en el trabajo, el empleo y la producción, con el objetivo de contribuir en la reducción de las brechas y segregaciones estructurales que componen la desigualdad de género en el mundo del trabajo, el empleo y la producción desde una mirada interseccional y de derechos.
• Programa Registradas, con el objetivo de reducir la informalidad en el sector de trabajadoras de casas particulares, garantizar su acceso y permanencia a un empleo
• Programa Acompañar, para fortalecer la independencia económica de mujeres y LGBTI+ en situación de violencia de género.
• Programa Producir, con el fin de promover la independencia económica de mujeres y LGBTI+ que atraviesen o hayan atravesado situaciones de violencia de género, mediante el fortalecimiento de proyectos productivos llevados adelante por organizaciones sociales y comunitarias.
• Programa Generar, para fortalecer la institucionalidad de género y diversidad en las provincias y los municipios de nuestro país.
• Programa Sembrar Igualdad, con el fin de garantizar el desarrollo de las mujeres y LGBTI+ en contextos de ruralidad, reducir las desigualdades en el acceso y control de recursos económicos, sociales y culturales y prevenir y abordar las violencias de género en este ámbito.
• Reglamentación del artículo 179 de la Ley N° 20.744 de Contrato de Trabajo, que establece la obligación para los empleadores de contar con espacios de cuidado para niños a cargo de las personas trabajadoras que emplean, con el objetivo de promover la corresponsabilidad de los cuidados.