#SemanaSanta #CulturaReligiosa
Estacioneros de Clorinda protectores de una tradición ancestral
La provincia de Formosa no solo tiene el Vía Crucis más largo del mundo (incluido en el libro Guinness de los récords), tiene también a los Estacioneros de Clorinda, grupos conformados por jóvenes y adultos que en procesión cantan melodías religiosas rememorando la Vida, Muerte y Pasión de Jesucristo en una práctica ancestral transmitida de generación en generación que años atrás se hacía en toda la ciudad de Clorinda y hoy solo es constante en los barrios Porteño Norte y Porteño Sur y algunas zonas más. Y al parecer los estacioneros de Clorinda son únicos no solo en la provincia sino también en el país. Dionicia López, una estacionera del grupo María Auxiliadora dijo a Día Seis que “solo en Clorinda hay esta tradición, no sabemos que en otra provincia exista”.
Recibí las noticias en tu email
En Clorinda en el 2011 había 5 grupos de estacioneros (4 del Porteño Norte y uno del Porteño Sur) y luego se redujo a 3, pero este año es muy especial y emotivo porque volvieron los 5 grupos en esta Semana Santa que marcó el regreso de la procesión luego de dos años de inactividad por la pandemia.
Los Estacioneros, también llamado pasioneros, forman parte de nuestra rica cultura religiosa y según contó Dionicia, la tradición llegó a Clorinda desde el Paraguay, hace 50 o 60 años, de la mano de doña Hortensia que armó dos grupos, uno de hombres y otro de mujeres. En los inicios de esta ceremonia solo había estacioneros hombres, pero con el correr del tiempo se fueron integrando las mujeres e incluso se armaron grupos mixtos. Doña Hortensia trajo las canciones que hoy se entonan en la segunda ciudad de la provincia.
Motivados por un profundo amor a Jesús, en Clorinda se busca que esta tradición no desaparezca y a fin de preservarla los estacioneros enseñan e incorporan a sus hijos a los grupos, manteniendo así viva esta práctica religiosa. Generalmente, los miembros de los distintos grupos suelen ser parientes o vecinos de una misma comunidad que conocen los cantos mayormente por transmisión oral. Ensayan varios días y horas antes de la Semana Santa y también hacen lo mismo para la festividad del Día de la Cruz, el Día de los Difuntos, o los novenarios.
Dionicia López es primera voz del grupo María Auxiliadora, del barrio El Porteño Norte, compuesto por integrantes de la familia Morilla-Mongelos-Amarilla. Sixto Amarilla (marido de Dionicia) y sus hermanas Estela y Mercedes junto a otros estacioneros participaron en el año 2011 del Congreso Provincial de Folklore, realizado en Laguna Blanca, como parte de la presentación de la investigación sobre el grupo realizada por alumnos de la Escuela de Danzas Alpamayo y de la agrupación Estampas Gauchas, de Clorinda.
“En el grupo María Auxiliadora -agrega Dionicia- hay integrantes de familias que cuyos abuelos empezaron, continuaron los hijos, luego los nietos y ahora están los bisnietos de quienes que empezaron a armar el grupo en Clorinda”.
“Es una sensación increíble, algo muy especial, se vive la pasión de Cristo a través de los cantos y al llegar a cada calvario la emoción que la gente siente al recibirnos es palpable e incomparable”, describe Dionicia, mientras en un paréntesis de la charla telefónica que el jueves mantuvo con Día Seis relata que a su casa están llegando los estacioneros para luego salir en procesión cantando “para ofrecer este servicio a Dios y a la Virgen, y mostrarle a la gente lo que Dios nos enseña a través de cada letra de las canciones”.
El origen
Para buscar el origen de los estacioneros hay que remontarse hasta la época colonial, al ser los franciscanos y jesuitas quienes introdujeron esas prácticas religiosas en América, explica el paraguayo Mario Rubén Álvarez, poeta bilingüe (español y guaraní), periodista, docente y traductor que también se dedica a la investigación del folclore guaraní.
“En aquellas épocas –cuenta- los guaraníes tenían sus propios dioses, inclinaciones religiosas y ritos. Sin embargo, la llegada de los españoles repercutió en su cultura al conocer la historia del hombre que fue crucificado, pero se erigió como el salvador. Producto de ese mestizaje entre españoles y guaraníes nace el canto de los estacioneros, que son poemas mezclados entre guaraní, jopará o castellano, recordando los diversos momentos de la Vida, Pasión y Muerte de Jesús”.
Extensa recorrida
Los Estacioneros recorren los barrios cantando al anochecer y “es espectacular la visión de las recorridas con los faroles prendidos”; en algún momento los grupos de estacioneros se cruzan o encuentran. El líder del grupo porta una cruz mientras los demás llevan candelas de colores que iluminan el itinerario. A las 20 del Jueves Santo comenzó la procesión por el barrio Porteño Norte, y ayer Viernes Santo, a las 15 estuvieron en el cementerio de Clorinda para cantarles a los difuntos, y desde las 20 recorrieron los barrios El Porteñito, Itatí, Guadalupe y Belgrano, entre otros.
“El Jueves Santo recorren el Porteño Norte –relata Dionicia- se juntan a las 18 horas y empiezan a caminar a las 20, luego cada grupo entra en la capilla del barrio para la Adoración al Santísimo y al terminar siguen caminando todo el barrio; vuelven a su punto de partida entre las 3 y 4 de la mañana y la llegada del grupo María Auxiliadora es a las 5”. Ayer los estacioneros se juntaron a las 14 horas para ir al cementerio donde recorrieron el lugar cantando lo que la gente presente les pedía, y a las 20 volvieron a salir para recorrer el Porteño Sur, terminando la jornada aproximadamente a las 2 de la mañana.
Los grupos tienen un estandarte y uniforme que se compone generalmente de pantalones negros, azules o blancos, camisas blancas, llevando sobre el pecho, del lado izquierdo la insignia del grupo. Sobre la espalda una capa corta de color negro, violeta, azul, amarillo o gris, con la imagen de una cruz. También suelen llevar un gorro blanco con una cruz adelante. En el barrio El Porteño Norte el grupo María Auxiliadora se identifica con una cinta de color lila, en vez de la capa.