TERCER MILENIO
El adiós al viejo territorio nacional y la bienvenida a la provincia
Justo L. Urbieta
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En mis épocas juveniles, de estudiante del Colegio Nacional que estaba ubicado en avenida 25 de Mayo casi San Martín de esta ciudad, conocí al Tata Salemi como dueño de una casa de regalos bien montada en Belgrano entre España y Saavedra, como esposo de Berta, maestra de la escuela 3 a la que concurrí en la primaria y como padre de tres hermosas hijas, la mayor de ellas Diana, abanderada del Nacional.
Era la década del 60 y no imaginaba que ese hombre afable, educado, con los modales del maestro de esa época, había liderado a un puñado de habitantes del territorio nacional de Formosa que se unió y organizó solidariamente para marchar a Buenos Aires para protagonizar una de las mayores gestas históricas de nuestra provincianía.
Esta evocación surge puesto que los formoseños recordaremos la gesta del 28 de junio de 1955 cuando el viejo territorio nacional de Formosa se convirtió en provincia luego de que el entonces presidente de la Nación, general Juan Domingo Perón, avaló y aprobó el pedido de esos corajudos que sorteando todos los obstáculos llegaron hasta el y lograra que les dijese que haría lo que el pueblo quería.
Salemi se radicó Buenos Aires y el reencuentro con él y sus hijas se produjo cuando Gildo Insfrán tuvo el buen tino de rendir homenaje a esos gestores de la provincianía cuando se cumplieron 50 años de ese acontecimiento que conmovió a todas las generaciones.
Con el tierno perfil del abuelo bueno y sabio, Vicente “Tata” Salemi memoró lo que le había reseñado a Perón al interpretar que, habiendo llegado el Territorio de Formosa a su madurez política y al reunir todos los requisitos que establecía la Constitución Nacional para ser provincia lo visitaban para peticionarle la soberanía provincial.
Ese fue el motor de la campaña y felizmente tuvo eco favorable porque había entonces en todo el país la idea de darle la soberanía a cada territorio nacional que habían llenado las condiciones de independencia.
Perón prometió la provincialización porque él también creía que había llegado la madurez suficiente en los territorios nacionales para encarar su independencia.
En esa visita para celebrar los 50 años del histórico hecho, Salemi recordó una metáfora que a su criterio revela palpablemente lo que significaba aquello, ya que entendía que eran gobernados por gente a la que consideraban ‘extranjera’, que venía de Buenos Aires.
Pensaban los hijos de Formosa acerca de la diferencia que existía, porque no eran los mismos sentimientos, ni las mismas preocupaciones.
Esa metáfora la sintetizaba así: “La abeja y la avispa liban de la misma flor, pero producen distinta miel”.
El Tata quería decir que no era lo mismo que gobernasen “los de afuera” a que gobiernen “los propios hijos de Formosa”.
Y ese concepto fue el motor de la ideología e idealización sobreañade quienes protagonizaron la movilización para marchar hacia Buenos Aires.
En su relato aseguraba que en esa época se percibía nítidamente un despertar de la conciencia localista y había un ambiente propicio para iniciar una campaña de provincialización, para conseguir la mentada soberanía.
Además, contaba que ya se había recreado una pléyade de profesionales formoseños que estaba en condiciones de tomar las riendas de la provincia por lo que se aprovechó ese momento, esa madurez, esa ideología ya madura de los formoseños, para iniciar el petitorio al presidente Perón a quien le planteó el sentir de todo un pueblo.
Tata señalaba que con la firmeza esperanzada de una vida mejor organizada institucionalmente y consciente de su madurez política el pueblo de Formosa asumió la lucha por su ansiada soberanía, rescatando que en esa decisión soberana mucho contribuyó para estimularla el gobierno central en la persona del teniente coronel Martín Carlos Martínez, formoseño de nacimiento, quien fue el encargado de traer la novedad de que se había aprobado el pedido de audiencia a Perón.
Una mañana de abril
En la otoñal mañana del 5 de abril de 1955, en el Salón Blanco de la Presidencia de la Nación, fue el propio Salemi el encargado de exponer ante el Presidente de la Nación los fundamentos de las llamadas “inquietudes libertarias del pueblo de Formosa”.
“El general Perón -relataba Vicente Arcadio Salemi- con cierto dejo de emoción y haciendo uso del viejo lema justicialista que señala que ‘El pueblo es el único artífice de su propio destino’ nos prometió la provincialización de Formosa”.
Manifestó el presidente de la Comisión que con esa actitud quedó atrás un largo período de aislamiento, soledad y olvido de los territorios nacionales, para opinar que se trataba de “una injusta asimetría de nuestra historia nacional en contra de los sagrados principios de igualdad ciudadana de nuestra Constitución Nacional”.
Hoy los formoseños participarán, en el modo que fuese, de la Fiesta de la Provincianía para memorar un acontecimiento histórico que ha servido de ejemplo para las nuevas generaciones acerca de que nada es imposible de lograr cuando se actúa colectivamente y se dejan de lado los intereses personales para anteponer el interés general de los formoseños.
Una fórmula sencilla que a veces se practica poco o de modo equivocado y que conduce a cometer errores que demoran el sueño de una Formosa moderna y progresista.