Cómo puede quedar el Congreso a fin de año: ganadores y perdedores previo a las PASO
En Diputados, más allá de los ambiciosos discursos que pronuncian desde el oficialismo como en Juntos por el Cambio, lo cierto es que todo indica que la composición de la Cámara Baja no distará de la actual.
Mientras que de cara a las elecciones de medio término oficialismo y oposición vienen poniendo la lupa en Diputados -los primeros para tener mayoría propia en ambas cámaras y los segundos para bloquearla- la preocupación para el oficialismo traspasó la línea y, en los últimos días, se enfocó en el Senado.
Es que allí, donde la bancada que preside José Mayans tiene una mayoría más que holgada para aprobar cada iniciativa que ingresa, el panorama podría cambiar: el Frente de Todos podría perder el quórum propio.
En estas elecciones, de las 24 bancas que se renuevan en la Cámara que lidera Cristina Fernández, el oficialismo pone en juego 15 de las 41 bancas que tienen (una de ellas en manos de José Alperovich, que permanecerá de licencia hasta fin de año tras la denuncia de violación por parte de su sobrina).
De acuerdo a diferentes fuentes oficialistas a las que consultó este medio, el Frente de Todos podría perder hasta 5 bancas. De ser así, su bloque mermaría a 36 integrantes, uno por debajo del número mágico que se necesita para dar por iniciada la sesión.
Es que, por lo bajo, admiten que su principal rival, Juntos por el Cambio, está “más organizado” que hace 6 años, cuando se eligieron los senadores de las provincias que este año deberán renovar sus bancas: Córdoba, Santa Fe, Corrientes, Mendoza, Catamarca, Tucumán, La Pampa y Chubut.
Según un estudio elaborado por Poliarquía, si el Frente de Todos ganase en esas 8 provincias, apenas sumaría una banca a las 15 que renueva. Pero los datos que manejan desde el espacio lejos están de ese desempeño. Ni siquiera prevén ganar en 7 de las 8 provincias y salir segundos en la octava para retener los 41 escaños actuales.
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Bancas en
riesgo para el FDT
Una fuente del FdT hizo el siguiente repaso: en Santa Fe, Córdoba, Chubut y Corrientes pueden perder una banca. En tanto, si en la provincia patagónica el FdT pierde 2 bancas, como calculó otra fuente parlamentaria oficialista, el oficialismo deberá tejer alianzas con otros bloques minoritarios para contar con el número mágico que los habilitaría a comenzar una sesión sin el acompañamiento de Juntos por el Cambio.
Lo cierto es que el oficialismo sabe que cuenta con dos fieles aliados: Magdalena Solari Quintana (Misiones) y Alberto Weretilneck (Río Negro), por lo que el quórum podría garantizarlo apelando a estos senadores. Excepto que el Senado busque avanzar con algún tema judicial. Allí, CFK ya da por descontado que el exgobernador de Río Negro no avalará ninguna iniciativa que provenga del ministro de Justicia, Martín Soria, histórico rival a nivel provincial.
Otro dato que tranquiliza al oficialismo es que, si en Chubut ganase el o los candidatos del gobernador Mariano Arcioni, ya es casi un hecho que también contaría con su acompañamiento más allá de que en los papeles no figure dentro del bloque. La historia reciente así lo demuestra.
Es que Rosa Muñoz, que ocupa el segundo lugar en la lista de senadores del oficialismo chubutense, ingresó a la Cámara baja por el dasnevismo en 2017. Hoy es parte de la bancada que preside Máximo Kirchner. No hay motivos para pensar que, si los candidatos de Arcioni aterrizan en el Senado, tomen un camino diferente.
Una cámara baja dividida
En Diputados, más allá de los ambiciosos discursos que pronuncian desde el oficialismo como en Juntos por el Cambio, lo cierto es que todo indica que la composición de la Cámara Baja no distará de la actual. Se avizora un cuerpo dividido en las 2 grandes coaliciones y un tercer espacio, que podría sumar entre 10 y 11 bancas, con Florencio Randazzo como principal referente. Además de la izquierda y algún que otro bloque minoritario.
De las 127 bancas que se ponen en juego en estas elecciones en la Cámara que lidera Sergio Massa, 51 están en manos del oficialismo, que hoy cuenta con un bloque de 120 diputados. La ventaja para la alianza oficialista, respecto a elecciones anteriores, es que el peronismo -salvo algunas excepciones- permanece unido.
Pero llegar al quórum propio, es decir, un bloque de 129 diputados es una meta más que ambiciosa.
Al igual que la que se propuso María Eugenia Vidal: conformar un espacio de 120 legisladores cambiemistas (hoy son 116). “Si les va como en 2017, algo muy difícil, no llegan a ese número”, dijo una fuente del PRO en diálogo con El Cronista. Vale recordar que aquella fue una elección más que positiva para el oficialismo de aquel entonces. Aunque otras fuentes de ese mismo espacio lo ven plausible.