TERCER MILENIO
A la espera de los lineamientos del conductor político para avanzar en la campaña electoral
Por Justo L. Urbieta
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Quienes están pendientes de lo que acontecerá en octubre y, eventualmente, en un balotaje saben que más allá de los discursos altisonantes y el protagonismo que pretenden tener los medios hegemónicos de CABA, lo que dejaron las PASO son los reflejos del desconcierto y la incertidumbre de la población.
Los que están enrolados en los espacios nacionales y populares advierten que el avance de la derecha no responde a un hartazgo generado en los argentinos por la política como lo señalara sin ponerse colorado el mentor del marismo ya que a esta ciencia que es central para la vida en democracia no hay nada que aún pueda reemplazarla sin caer en situaciones no convenientes para el país.
Quizás sean más sensatos aquellos que observan que esta incertidumbre surja de la poca calidad de los dirigentes que habitualmente han pasado a la historia por su desinterés en las cuestiones personales para dar rienda suelta a su insistente lucha en favor de los beneficios colectivos.
Es que el pensar en el otro no solamente que es solidario sino también patriótico ya que hay que serlo para entender cuál es la verdadera razón de la realidad política y social de la Argentina y, en especial, cual es el sentido que debe tener el mensaje para que los, en apariencia, descreídos o insatisfechos miren el bosque sin que el árbol que tienen por delante se lo impida.
Las pujas intestinas, poderes del estado que se convierten en rectores de la verdad por sobre el criterio de los demás y el desconocimiento del imperioso llamado del federalismo para ser reconocido por el centralismo porteño como en los orígenes de la patria, han influido para que el ánimo de la ciudadanía no sea el mejor.
Si las condiciones del tiempo así lo permiten, hoy se reanudará en el barrio Mariano Moreno el singular operativo Por nuestra gente, todo, una herramienta de alta utilidad a la que apeló la conducción del Modelo Formoseño para darle continuidad y congruencia a la relación entre las autoridades gubernamentales y el pueblo, sin distinciones de ninguna naturaleza.
Y el interés está centrado -no solamente en los adversarios que en las PASO pudieron mojar en el café algo de medialuna sino también en las filas de los propios peronistas- en el mensaje que dará Gildo Insfrán quien no se equivocó en su análisis de la realidad interna y nacional cuando en la campaña previa al 25 de junio alertaba acerca de las situaciones preocupantes que acechaban y la ausencia de un lenguaje claro para que la ciudadanía las digiera y las entienda.
Fue claro cuando mencionaba que los precandidatos a nivel nacional quizás no llegaban a convencer plenamente, aunque también admitía que en ciertas circunstancias lejos se está de exigir la perfección porque se seres humanos se trata la nominación de aquellos que se encarguen de orientar la nave hacia aguas más tranquilas y puertos más accesibles para el amarre.
No hay que ser demasiado exigentes para la memoria cuando se trate de evocar las razones por las que se debe optar por uno de los tres caminos en oferta a nivel nacional ya que Formosa y los formoseños particularmente tienen un ejemplo claro de lo ocurrió aquí y en la Nación entre 2015 y 2019.
Pero el panorama actual se complica cuando aparece en escena un tercero en discordia que casi siempre se encarga de mostrar su brillo escénico, aunque luego, en la practicidad de los hechos, van a contramano de los genuinos derechos y aspiraciones populares.
Desaprovechar esta nueva ocasión para darle continuidad a un tiempo de realizaciones -que hasta desbordó las pretensiones de los más exagerados críticos de una realidad que desconocen en su esencia- sería inentendible, más aún cuando están en ciernes proyectos y obras estratégicas orientadas a consolidar el desarrollo y la evolución de la provincia en todos los campos.
Contar con representantes en el Congreso de la Nación que hablen idéntico idioma que el pueblo formoseño, contar con un Poder Ejecutivo Nacional que se identifique con la ideología del gobierno provincial y los municipios sería ideal para el futuro.
Sin embargo, la democracia plantea y admite la diversidad de opiniones y elecciones absolutamente libres por lo que cada cual sabrá a qué atenerse al momento de la opción.
Ocurre que algunas veces se escuchan las voces altisonantes desmereciéndose sus verdaderas intenciones.
Y si hay algo que aquí se ha aprendido en estos cuarenta años de democracia recuperada en 1883 es saber, sin dudas, quienes están a favor de la defensa de los genuinos intereses de la población formoseña.