A codearnos con el básquet moderno
Arranca el Mundial U19 en Letonia y Argentina buscará crecer en su juego y llegar lejos luego de un año sin competencia. El elenco de Farabello mostrará un elenco corredor, tirador y con mucha talla en su perímetro acompañado por Juan Fernández como emblema.
Arranca un nuevo Mundial U19 y la ilusión siempre está. Argentina volverá a jugar con un plantel sumamente competitivo pero con poca experiencia internacional en la mayoría de sus jugares además del 2020 donde prácticamente se hizo poco y nada. Una camada que viene jugando juntos hace tiempo, y si bien se hicieron algunos retoques, los doce apellidos terminaron siendo prácticamente los mismos.
Lo interesante del campo para Argentina será el listado y las posiciones con las cuales contará. Posiblemente las presencias de Silvano Merlo y sobre todo del internacional Gonzalo Corbalán son las sorpresas dentro de los 12 considerando que no jugaron el Sudamericano. Un elenco que tendrá tres bases, todos ellos de buena talla, corredores, fuertes físicamente y con el aro entre ceja y ceja. Será cuestión de ver como materializan ese caudal con el resto del perímetro y saber cuando generar y cuando tomar decisiones.
Mateo Pérez en un año de mucha experiencia en Libertad, Mateo Díaz dando su salto en España con un ascenso entre manos y mejorando en diferentes aspectos. Corbalán será la incógnita pensando en los minutos que tendrá pero cuenta con gol, buena talla y puede sumar en ambos costados. El resto del perímetro es providencial. Pocas veces se vio un seleccionado U19 tan alto en general. Copez (2,01) y Méndez (1,93) siendo dos talentos de lujo con presencia en la Liga, atléticos, con mucho tiro externo y posiblemente piezas cruciales en el Mundial.
No todo queda ahí. Los bahiense Rossi (2,05) y Azpilicueta (2.02) como pilares todo terreno, ambos con buen tiro externos, mejorados desde lo físico y siendo partes de elencos superiores, sobre todo el actual alero de Bahía Basket. Dentro del equipo, Argentina tiene pocos internos y jugará a correr, con cuatro abiertos y diferentes jugadores que podrán defender varias posiciones. Otro de los que sorprendió fue Manuel Rodríguez Ortega, quien no estuvo anteriormente seleccionado. El alero de 2,02 de Boca, sumamente largo y pudiendo jugar también en varias posiciones como refresco.
Dentro de la zona interna, encontramos al puntal del equipo. Juan Fernández con sus 2,10 y ya una experiencia mundialista (Mundial U17 en Rosario) donde dio un año de ventaja inclusive. Consolidado en Fuenlabrada, logró un ascenso siendo protagonista y muestra características del cuatro moderno. Puede dañar dentro y fuera, cuenta con tiro externo y atlético para su posición. Un puesto y una movilidad de la cual carecemos como seleccionado.
Nicolás Burgos como el jugador más interno de todos, un año menos pero juego inteligente como el caso de Ott. El bahiense, más allá de ceder centímetros, puede ser otro refresco conectarse bien con los perimetrales dentro del juego dinámica que espera tener Argentina. Tal vez tendrán un juego de rol mucho más claro que el resto pero serán necesarios en un puesto donde Argentina no tendrá tanto recambio. Se dejaron fuera otros elementos de talla pero quizás de menor movilidad y adaptación al juego moderno estipulado.